Raudo News
7 de Octubre de 2021 | 09:05
Industria

Rejas en Madrid para proteger a nuestras mascotas

Tener mascotas implica una serie de responsabilidades que no podemos pasar por alto cuando queramos, al igual que no podemos ignorar las normativas sanitarias de la pandemia de la COVID-19. Porque, en ambos casos, no nos ponemos en peligro a nosotros, al menos no solo, sino primero y ante todo a otras personas. Un perro, un gato, un canario, lo que sea, son seres vivos que merecen una serie de cuidados tanto físicos como emocionales. Por eso, lo más responsable que podemos hacer si realmente no tenemos recursos mínimos para cuidar de ellos, es no tenerlos. Y si decidimos dar ese paso, hay que estudiar todas las variables posibles para evitar sustos y desgracias.

 

Por ejemplo, la instalación de rejas en Madrid, una ciudad muy grande, muy poblada, en la que es más complicado encontrar a los animales que se escapan, y que por extensión sufrirán sin duda las inclemencias de estar extraviados, tanto en lo que respecta a su alimentación y a la climatología adversa, como en cuanto a la angustia emocional de la desorientación. Efectivamente, las rejas de Madrid son un recurso que no solo sirve para evitar que entren ladrones en casa, sino para evitar que criaturas que dependen de nosotros, desde mascotas hasta niños pequeños, no se acerquen más de lo debido a una ventana.

 

Porque, en el mejor de los casos, ocurrirá aquello señalado anteriormente: se escaparán. Pero, si vivimos en un piso especialmente alto, lo peor que puede pasar es algo en lo que no queremos ni pensar. Y no tendremos que hacerlo si tomamos medidas. No solo en las ventanas: invertir en terrazas de aluminio en Madrid para cubrir y proteger los espacios vulnerables especialmente amplios también es una buena idea, y desde luego una obligación moral.

 

Cuidar de una mascota, en definitiva, puede ser una experiencia muy bonita; y seguramente estemos más preparados para asumir esa responsabilidad de lo que nosotros mismos creemos. Sin embargo, hacer un ejercicio de autocrítica es esencial si realmente queremos cuidar de ellas como merecen y en condiciones de absoluta seguridad. Así, no habrá que lamentar accidentes.