Raudo News
28 de Diciembre de 2018 | 17:14
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El turismo astronómico en España y sus maravillas


El turismo es un concepto que abarca ámbitos muy amplios. Algunos de ellos son sectores tradicionales porque, al fin y al cabo, se relacionan de manera estrecha con la naturaleza circundante.

En este sentido, podemos distinguir dos grandes agrupaciones: el turismo de sol y playa, y el turismo rural. El primero es muy cotizado en los meses de verano, especialmente julio y agosto.

España recibe un amplio porcentaje de turistas internacionales en estas fechas debido a sus costas, una de las principales características del paisaje español. Sin embargo, el senderismo y las rutas a través de naturalezas boscosas también gozan de un éxito notable en esa época del año.

No obstante, merece la pena tener en cuenta otro tipo de turismos a la hora de plantearse invertir créditos online de WannaCash.es o ahorros anuales en nuestras vacaciones. En contraste directo con los turismos específicos relacionados con la naturaleza, existe también el turismo urbano.

Las grandes ciudades del mundo dan buena muestra del éxito de esta modalidad de viaje, pero, sin duda, en España también gozamos de una serie de destinos atractivos en ese sentido. Madrid, la capital, es un compendio de historia, arte y cultura. Barcelona, sin duda la ciudad turística por excelencia por su variedad de construcciones y paisajes, es una opción que nunca defrauda.

Por otro lado, otras personas optan por las ciudades más antiguas y tradicionales, como pueden ser Salamanca y Toledo, con su universidad y su creación de espadas artesanales, respectivamente.

Ahora bien, merece la pena adentrarnos en un tercer nivel, otros tipos de de turismo que dependen de otras categorías y que en la actualidad se ha posicionado en España, como el turismo relacionado on actividades extremas, como paracaidismo, piragüismo o surfing.

No obstante, y volviendo al turismo de la naturaleza, hay un tipo de viaje que se menciona poco pero que merece la pena señalar. Cuando hablamos de naturaleza, solemos referirnos al mar, a la arena de las playas, a las montañas y a los bosques. Sin embargo, naturaleza también es lo de más arriba: las estrellas. Porque el turismo estelar existe y resulta fascinante.

Cualquier persona que sea amante empedernido de las estrellas y los planetas, sea por afición o sea porque está estudiando una carrera de Astrofísica, encontrará que es posible hacer un itinerario estelar en España.

Principalmente es posible gracias a la existencia de Canarias, un espacio de observación astronómica privilegiado gracias a su situación física concreta, a su clima de noches despejadas, y por supuesto a las condiciones atmosféricas que presente.

Una rotura en una de las capas superiores de la atmósfera ofrece una visibilidad aún mayor que en cualquier otro lugar. Por esa razón, Canarias, y sobre todo La Palma y Tenerife, debería ser el destino en el que utilizáramos nuestros préstamos rápidos sin papeles a la hora de ejercer como turistas estelares.

El motivo principal por el que La Palma es una de las islas canarias más aptas para la observación es que allí se encuentra el Observatorio del Roque de los Muchachos, uno de los más importantes no ya a nivel nacional, sino internacional.

Debido a las condiciones especiales de La Palma, las políticas de la isla también se ha orientado a disminuir la contaminación lumínica con una red eléctrica especial. Por su parte, el Teide, en Tenerife, al ser sin duda el pico más alto del país, nos permite tocar el cielo de manera metafórica y no tan metafórica. Es recomendable pasar una noche en cada isla para empezar con ganas la observación de los astros.

¿Y la península? No puede ser menos, pues también hay numerosos observatorios y zonas naturales que merece la pena visitar. La UNESCO considera Sierra Morena, con su Observatorio de Almadén de la Plata, el mejor lugar de la Tierra para observar las constelaciones y los planetas lejanos.

Por otro lado, el Observatori Fabra de Barcelona aporta a nuestro viaje una dimensión teórica y estudiosa, ya que desde 1904 se llevan a cabo estudios de sismología, meteorología y, por supuesto, astronomía. Sus cenas bajo las estrellas serían un magnífico colofón a un viaje estelar maravilloso.