Raudo News
17 de Mayo de 2019 | 12:17
ECONOMÍA

Cómo y por qué aprender finanzas

Lo más difícil de ahorrar o administrar la economía privada o profesional es aprender a hacerlo.

La economía no es una ciencia fácil, sobre todo si las matemáticas no se nos dan especialmente bien. Hay numerosos conceptos esencialmente prácticos que a veces es complicado entender.

El universo de los productos, los servicios, la oferta, la demanda, la Bolsa o la economía internacional a menudo es tan amplio y fluctúa de tantas maneras que necesitamos emplear años, quizá toda nuestra vida, para dominarlo.

Sin embargo, aprender supone ir de lo general a lo particular y de lo fácil a lo difícil. Por eso, es importante empezar por la teoría más básica.

Hoy en día vivimos en la era de la digitalización de los procedimientos burocráticos y económicos tradicionales.

Podemos pagar impuestos a través de internet y, de igual modo, tenemos la posibilidad de solicitar de manera inmediata préstamos con ASNEF sin movernos de casa. Tener unas nociones esenciales de finanzas, por lo tanto, no es una cuestión tan optativa como parece.

Si queremos crear un fondo de ahorros efectivo para disponer de un colchón monetario doméstico, o al menos para crear nuestro propio negocio privado en el futuro, debemos aprender. Pero ¿por dónde empezar? Esa es la cuestión.

Lo mejor es empezar por asimilar la nomenclatura de ciertos términos clave. Antes hemos mencionado algunos, pero otros son la tasa de interés, el riesgo, el beneficio, las acciones, y el concepto de ahorro en sí mismo.

Por otro lado, hoy existen numerosas escuelas de inversión físicas y online, manuales temáticos y páginas web especializadas que pueden ayudar en esta labor de aprendizaje.

Aunque, sin duda, lo mejor es empezar a aplicar la praxis en la vida diaria, por ejemplo creando presupuestos de ganancias y gastos, realizando transferencias bancarias, pagando facturas, etc. En otras palabras, no hay mejor manera de aprender que llevar a cabo las operaciones del día a día.

Si aprendemos lo suficiente, llegará el día en el que solicitar ayuda de prestamistas o invertir en un negocio nos parezca una decisión relativamente fácil de tomar. El conocimiento económico es poder.