Raudo News
23 de Junio de 2021 | 10:19
Abogados

Abogados de divorcios profesionales y humanos

Divorciarse nunca es agradable. Incluso aunque el proceso sea de mutuo acuerdo por las dos partes, la pareja sea joven y lleve poco tiempo de matrimonio, y las dos personas en cuestión sigan siendo amigos, un divorcio supone siempre el fin de una era que, esperábamos, durase toda la vida. A fin de cuentas, nadie se casa nunca pensando en que algún día se acabará; y aunque interiormente una voz nos susurra que eso puede pasar, lo que pretendemos es hacer todo lo posible para que nunca acabe. Por eso, un divorcio es siempre un duelo; y también por eso, los abogados de divorcios de Salamanca o de Zamora con los que contactemos tienen que tener humanidad.

 

La abogacía, general o especializada, se aprende fundamentalmente en la carrera de Derecho y estudiando. Es así como un abogado aprende técnicas, requisitos legales y procesos jurídicos, todo ello necesario para llevar a buen puerto un divorcio en todos los casos. Sin embargo, ni a los abogados de Zamora o Salamanca, ni a los de ninguna otra zona del país, se les enseña o educa abiertamente en empatía. No es que no existan profesores que no incidan en ello, pero lo cierto es que la comprensión y la sensibilidad son una aptitud que todas las personas, sea cual sea su profesión, deben aprender por su cuenta.

 

En estos casos concretos, situaciones íntimas que, aun teniendo dimensión legal, afectan a las emociones de las personas, es todavía más importante saber combinar esa empatía con los conocimientos teóricos y prácticos de nuestra profesión. Los buenos abogados matrimonialistas de Zamora, por ejemplo, saben que el contexto de pandemia de COVID-19 actual no ayuda, que empeora los divorcios y que aumenta el estrés y la tristeza, lo que de hecho puede derivar en trastornos crónicos de ansiedad y depresión en los clientes.

 

Eso significa que, si ya de por sí los clientes no tienen por qué estar familiarizados con las fases burocráticas del divorcio, en estas circunstancias les resultará más complicado pensar en ello. Por tanto, los abogados de divorcios deben ser asesores pacientes y buenos oyentes.