Raudo News
5 de Marzo de 2020 | 14:37
Viajes

¿Una casa de lujo o una casa de campo en Menorca?

¿Te gusta el lujo?

Es una respuesta sencilla, pero no por ello, exenta de múltiples respuestas. Sí me gusta, o no, no me gusta; no me atrae el lujo por el lujo; o sí me gusta pero con matices, me gusta pero no me obsesiona, o prefiero las cosas sencillas de la vida, en las que el lujo no tiene cabida… y así, podríamos estar enumerando más y más respuestas.

Incluso el término lujo está lleno de variantes, mientras que para unos el lujo es una fantástica villa en una urbanización de lujo, para otros, el lujo es el alquiler de una casa en Menorca, una casa de campo, rodeada de naturaleza, un jardín y una pequeña piscina.

El lujo, como ya hemos podido ver, es relativo. Cada cual percibe el lujo de una manera que, poco o nada, tiene que ver con lo que otra persona considere que merece tal calificativo.

El lujo no siempre es ostentación, el lujo también es sencillez y elegancia.

Si hemos reservado a través del alquiler de villas en Menorca, tendremos la ocasión de percibir el lujo en el diseño sencillo, en la distribución armónica de espacios abiertos y llenos de luz, en la elegancia del mobiliario. Villas en Menorca, en las que, sin caer en el abarrotamiento de objetos decorativos y todos aquellos útiles destinados a hacernos la estancia más cómoda, sin embargo, son villas en las que no falta de nada, un equipamiento completo para que, estando lejos de casa, nos sintamos como si estuviéramos en nuestro propio hogar.

El lujo también es pasar tus días de vacaciones en un bello y paradisiaco destino turístico. En tal caso, la isla de Menorca también merece el calificativo de lujo.

Los paisajes de Menorca, sus playas y calas, su arte y su cultura, su gastronomía, sus calles, sus gentes… todo ello se combina a la perfección para formar un conjunto de auténtico lujo. El lujo de admirar una puesta de sol, el lujo de degustar una caldereta de langosta en un restaurante del puerto, el lujo de pasar un día de playa, el lujo de disfrutar de la paz que emana esta pequeña isla bañada por el mar Mediterráneo.

El lujo de disfrutar de los placeres más sencillos, el lujo de darnos el gusto de hacer lo que queremos, cómo, cuándo y dónde deseemos. La vida, el día a día, está lleno de responsabilidades, trabajo, tareas, pero también, está lleno de esos instantes hechos para ser disfrutados.