Raudo News
14 de Abril de 2021 | 11:33
Hipotecas

Soluciones para solicitar una hipoteca sin ahorros

Parece imposible a día de hoy, cuando algunos derechos esenciales de la vida se han convertido en un lujo y estamos atravesando una nueva crisis económica, esta derivada de las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, pensar en algo tan simple como comprar una casa sin ahorros. Incluso disponiendo de dichos ahorros, encontrar una vivienda óptima y en condiciones de habitabilidad a un precio asequible, es decir, abarcable no solo para personas de clase media-alta, es en ocasiones una tarea titánica. Esto se debe en parte a la ausencia de criterios legales homogéneos a la hora de adjudicar precios a inmuebles, aunque eso, como suele decirse, es otra historia.

 

En esta ocasión, vamos a centrarnos en la gran pregunta que nos hacemos cuando nos ponemos ese difícil objetivo futuro, el de disponer de una vivienda en propiedad. La pregunta en cuestión es la siguiente: ¿Cómo comprar una casa sin ahorros? Y la respuesta, a priori, es tan lógica como simple: solicitando una hipoteca. En efecto, la deuda hipotecaria ha sido siempre la única salida posible si queremos financiar un piso a largo plazo, a tramos y de forma periódica, sin gastarnos de golpe el dinero del precio total, un fondo económico que difícilmente puede estar a nuestra entera disposición. En especial, si no hemos planificado esos ahorros con antelación.

 

Es lógico, no obstante, que nos dé miedo la idea de adquirir una deuda con un banco en estos difíciles tiempos de crisis. El confinamiento, los cambios de hábitos sociales y el miedo general a un contagio ha convertido, de hecho, ciertos negocios en empresas precarias, y en consecuencia cientos de miles de trabajadores y trabajadoras se han visto afectados por un ERTE, si no han perdido directamente su empleo en el peor de los casos. ¿Cómo podemos, siquiera, soñar con una hipoteca?

 

Pero podemos, ya que, hoy en día, hay entidades que ofrecen colchones óptimos para llevar a cabo la operación sin riesgos, como la refinanciación de la deuda. Por lo tanto, si realmente queremos tener una casa a largo plazo, este momento es tan bueno como cualquier otro.