Raudo News
20 de Abril de 2018 | 09:07
OPINIÓN

Rehabilitar cubiertas: lo que no se arregla, empeora

 

Rehabilitar una cubierta no es tarea fácil. A nadie le atrae la idea de verse envuelto en obras de reforma, ni por los trabajo en sí, ni por el dinero que vamos a tener que emplear en ello. Pero, una cosa es cierta, si la cubierta presenta fallos, no podemos permitirnos el lujo de dejar pasar el tiempo, ya que supondría, ni más ni menos, que las cosas empeoraran todavía más y revirtiera en la implicación de otras partes del inmueble. Lo que no se arregla, empeora.

 

El mantenimiento del buen estado del edificio es responsabilidad de los comuneros y los trabajos a realizar cuentan a cargo de la empresa contratada para su rehabilitación.

 

Dicho lo cual, si el tejado de nuestro edificio no se encuentra en una situación aceptable, nos guste o no la idea, debemos ponernos manos a la obra y nunca mejor dicho.

 

Cuando comienzan a aparecer grietas en las cubiertas, es momento de llevar a cabo las obras pertinentes para su recuperación e impermeabilización. De lo contrario, las filtraciones de agua traerán consigo la aparición de humedades y moho.

 

Los factores que incurren en el deterioro de esta parte tan importante de un edificio, la cubierta, son variados, desde la climatología (lluvia, viento, granizo, cambios bruscos de temperatura); el paso del tiempo, con los años todo se va deteriorando, hasta los efectos de las radiaciones solares y la contaminación atmosférica.

 

Hemos de tener en cuenta que, toda avería que se presente tiene un origen que la produce. Las empresas dedicadas a las rehabilitaciones de cubiertas y fachadas cuentan con la experiencia y profesionalidad de un equipo compuesto por arquitectos e ingenieros y encargados de buscar la causa que produce las grietas en la cubierta. Una vez detectada la causa, los operarios (albañiles, fontaneros, pintores…) son los que se ocuparán de realizar las obras pertinentes para su recuperación.

 

El conjunto de medidas a tomar y materiales a utilizar dependerá del tipo de cubierta y de los desperfectos que presente. Cubiertas planas tipo azotea, cubiertas inclinadas a dos o más aguas y con diferentes grados de pendiente…

 

El estado de la fachada y de la cubierta nos dice mucho sobre la buena o mala conservación del edificio en general. Un inmueble en buenas condiciones es garantía de calidad de vida para todos sus inquilinos. Además, si se llevan a cabo obras de mejora para una vivienda sostenible, el beneficio será para nosotros, para la sociedad y para el medioambiente.