Por qué debemos usar más el transporte público

Parece que la sociedad nos anima constantemente a comprarnos un coche. El coche, como la vivienda en propiedad, son en nuestra sociedad símbolos del progreso económico y, por lo tanto, del social. De hecho, muchas veces se recurre a la solicitud de créditos rápidos para conseguirlo, pero no se trata sólo de dinero.

Parece que cualquier persona que opte por compartir piso o por utilizar el transporte público vive al margen de la norma, son seres extraños que han tomado decisiones incomprensibles.

La verdad es que rara vez se comparte piso porque se quiera realmente, ya que la mayoría de la gente no dispone de medios económicos pedir en el banco una hipoteca como es debido.

Pero en el caso del transporte público, muchas veces es realmente una decisión personal.

Motivada por muchas cosas; entre ellas, el hecho de que a muchas personas con problemas de ansiedad se estresan al conducir, y la jungla urbana no es precisamente amable.

Si se tienen problemas de ansiedad excesivos, aumentan las probabilidades de sufrir un accidente por un despiste en un momento equivocado. La mala suerte existe. Otras veces, sin embargo, se da el caso de personas que directamente no quieren comprarse un coche por motivos éticos.

Las emisiones a la atmósfera están acabando poco a poco con nuestro planeta, fomentar el uso del transporte público sostenible es una manera de acabar con un cambio climático inexorable.

Por esa misma razón, y más que fomentar la compra de coches para el enriquecimiento de unas cuantas multinacionales, el estado debería promover el uso del transporte público mediante campañas y ayudas realmente útiles.

En Estonia, el transporte público ya es gratuito, mientras que en España todavía supone una inversión de dinero complicada. Además, los sistemas de horarios, y en general la gestión y el funcionamiento de trenes y autobuses, no facilitan la labor de escoger el transporte público antes que el coche. Hay que mejorar las carreteras y la frecuencia horaria en la medida de lo posible.

En resumen, el uso del transporte público se está convirtiendo en una cuestión vital por numerosas razones. No debemos criminalizar a personas que se compren un coche por motivos de trabajo, pero sí es importante concienciar sobre la alternativa.