Raudo News
17 de Septiembre de 2019 | 09:53
Alimentación

La rentabilidad de los locales veganos y vegetarianos

El veganismo es un estilo de vida que se está empezando a extender en las nuevas generaciones, sobre todo gracias a las acciones de concienciación ecológica de asociaciones y activistas animalistas y medioambientales.

Aquella gente todavía anclada en el pasado consideran el acto de pasarse a la dieta vegana como una elección «de progres», algo inútil. Al fin y al cabo, «el ser humano es un animal omnívoro y necesitamos comer carne». Se repite ese argumento biologicista una y otra vez, pero lo cierto es que la biología, y también el creciente mercado de personas veganas, demuestran una y otra vez que se equivocan.

Centrándonos ahora en términos empresariales, cada vez es más rentable la posibilidad de utilizar préstamos personales rápidos sin papeleos de WannaCash.es en abrir restaurantes y cafeterías veganos y vegetarianos. Por otro lado, muchos locales ya de cierta antigüedad que hasta la fecha ofrecían comida con lácteos y carnes, están empezando a transformar su modelo de negocio y a ofrecer también opciones ecológicas y respetuosos con los animales en casi todos, o en todos los sentidos.

Un ejemplo son las hamburgueserías con alternativas tradicionales pero también con otras que sustituyen la carne y el queso por falafel o por tofu y verduras, por ejemplo.

La cuestión es que, a día de hoy, invertir créditos rápidos en locales veganos o vegetarianos no es una completa locura, sino todo lo contrario. Incluso las grandes cadenas de supermercados nacionales o regionales ya disponen de una sección exclusiva para este tipo de productos o incluso con locales secundarios completamente especializados.

Por supuesto, y si bien esto facilita que las personas que quieren eliminar la carne y los lácteos de su dieta puedan hacerlo, el activismo vegano pretende que empresas cárnicas no se lucren vendiendo productos supuestamente respetuosos con la vida de los animales.

Por esa razón, abrir un negocio de este estilo debería ir siempre alineado con un código ético y deontológico aceptable. Por ejemplo, adquiriendo siempre alimentos de empresas ecológicas de verdad. De ese modo, estaríamos creando negocios con futuro, pero también honestos con sus consumidores y concienciados de verdad con la causa.